jueves, 19 de noviembre de 2009

El mundo perdido de Fonelas


Corría el año 2000. Gilberto Martínez, un labriego de Fonelas, en la Hoya de Guadix (más en concreto, el valle del río Fardes) fue el primero en darse cuenta de que en aquel barranco había algo. Algún tiempo después, un arqueólogo, José Antonio Riquelme, visitó la zona, recogió algunos restos en la superficie de las laderas y le enseñó los fósiles al geólogo Alfonso Arribas. En 2001 se iniciaban las excavaciones de lo que acaba de confirmarse como uno de los yacimientos paleontológicos más relevantes del planeta.


"La geología cuenta historias maravillosas, que están escritas en el paisaje actual. Fonelas -explica Arribas- nos habla de que lo que hoy es un semidesierto, hace dos millones de años estaba ocupado por una llanura irregular, con un gran río de cauce serpenteante, con numerosos afluentes laterales y amplias zonas encharcadas, al estilo de las Tablas de Daimiel en sus buenos momentos. En este paisaje se desarrolló aquella espectacular asociación de mamíferos".


Además de la investigación de la vida animal a partir de los restos óseos, los científicos que estudian la comarca de Guadix trabajan también en la reconstrucción del paisaje y del clima. "Hemos buscado polen fósil, pero no lo hemos encontrado", dice Arribas. Una tesis doctoral iniciada en julio se centrará en investigar los registros vegetales de diferentes yacimientos, y, a través de mediciones de rastros isotópicos, los científicos intentarán disponer de información sobre la pluviosidad y las temperaturas de la región hace dos millones de años. "A día de hoy sí sabemos que los inviernos no tuvieron temperaturas extremas y también podemos asegurar que el régimen de lluvias fue intenso en la zona", explica Arribas. Algo que cualquier agricultor actual de la zona, un semidesierto debadlands donde avanza implacable la erosión, firmaría sin dudar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario